Este verano estuvimos de boda en Tudela y el paisaje merecía un look fresco y elegante. El Pago de Cirsus fue el lugar elegido por los novios para la celebración y el rosa el color estrella de muchas invitadas, que destacaba con el verde de los viñedos.
Laura quiso una diadema no muy recargada que fuera fucsia y que tuviera poco volumen, además le hacía ilusión llevar alguna plumita. Como es una de las mejores amigas de la novia y leía un texto durante la ceremonia, por lo que quería destacar sin llamar excesivamente la atención. Por eso nos decantamos por una diadema con un adorno de rafia en el mismo tono de fucsia, una pluma fina y varias plumitas de un color un poquito más claro que le otorgara movimiento al tocado.
Yo opté por una diadema rosa, pero más apagada que la de Laura, que combiné con una diadema espiga, un toque desenfadado con la trenza despeluchada pero elegante con el tocado.
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