Esta es Pilar, la madre de la novia, y su tocado fue todo un reto. Una obra de arquitectura para unir todas las piezas. Uno de las cosas más difíciles fue juntarlo todo para que estuviera unido de forma fuerte y pudiera acoplarse una vez puesto, gracias a los alambres recubiertos de cintas. El tocado lo formé sobre una peineta trasparente para que fuera fácil de poner.
Pilar llevaba un vestido beige con fajin, bolso y zapatos malva. Así que había que combinar esos colores para el tocado. Además, me pidió algo con volumen para completar su recogido. Lo adorné con plumitas finas del color de los encajes del vestido y le metí un toquecito rosa para que destacara en el pelo.
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